Autor: Ciro Alegría Nacionalidad:
peruana
Esta obra trata de un niño llamado Sacha, quien vivía con
sus padres Anselmo y Emilia en la selva, en una pequeña casa. A Sacha, su madre
le advertía que no se metiera en el bosque porque se podía perder.
Sacha jugaba a la orilla chapoteando o tirando ramitas en
el río shipibo, era uno de los derivados del Ucayali.
Él tenía una amiga: era una serpiente negra no venenosa
que vivía en su chacra.
Debido a la lluvia, el río se desvió de su cauce y se
llevó su canoa pero pudieron rescatarla, así que, Sacha y su madre sacaron de la
casa lo que pudieron y junto a su padre se fueron de ahí.
Mucho más allá, encontraron un lugar donde descansar pero
se habían olvidado su yesquero para ahuyentar a los animales.
Un día Sacha y su padre iban en su canoa río arriba y algo
les llamo la atención: una vieja india. Esta india los había amenazado pero al
rato llegó un viejo amigo de su padre ¡Parona!
Ahí Sacha conoció a un amiguito llamado Keno que era un
conivo y no shipibo.
Tiempo después deciden reconstruir su casa. Van Sacha y
su padre en busca de árboles. Cayó uno, cayó otro y otro y así construyeron su
casa.
Esta obra me gustó mucho por la descripción que hace Ciro Alegría de la selva peruana. A través de las palabras podemos entender lo maravillosa que es la naturaleza en la selva, pero también los peligros a los que están expuestos sus habitantes debido a las lluvias torrenciales.